viernes, 13 de marzo de 2015

Etmennanki










“El zigurat era propiamente hablando una montaña cósmica, es decir, una imagen
simbólica del cosmos; los siete pisos representaban los siete cielos planetarios o los siete colores del mundo .” (Mircea Eliade)"

El edificio Zigurat es un edificio en sección. La esencia interna es la organización en tres niveles principales que desarrollan tres tipologías de vivienda en altura.
El profundo desnivel entre las calles opuestas, la necesidad de plantear una fachada “en corridor” en el nivel superior y una adaptación a la altura de la calle posterior sugiere desde el principio una idea de organización escalonada.
Cuando me plantearon la realización del proyecto del inmueble, la idea de un edificio escalonado flotaba en el aire; pero en ese momento comprendí la complejidad de la organización del edificio en ciernes.
Se trataba entonces de lograr un esquema muy simple que solucionara esa complejidad presunta. De ese modo adopté la idea de conseguir un mínimo de viviendas diferentes y la solución para este caso se concretó en la organización en tres niveles con los tres tipos de viviendas, mayores en el nivel inferior, intermedias en el mediano y duplex en el nivel superior. Esta simple idea determina una sección característica y ya todo se vuelca a la manifestación de la sencillez de la idea.
Al mismo tiempo, supongo que todos tenemos nuestras obsesiones, mi interés en esos momentos se centraba en la cuestión de la durabilidad en los edificios. No es tan solo ya un buen volumen, o una idea mas o menos brillante, lo que se trataba entonces era de que esa idea perdurara, que el edificio envejeciese con honestidad. De ahí el interés por la elección de materiales durables. La piedra que la naturaleza ponía a nuestra disposición, moldeada por un cerebro en creación, materiales moldeables gracias a la aplicación de la inteligencia….esta imagen , esta realidad evidente y esencial me entregó a la idea de un aplacado en piedra natural casi en la totalidad del edificio. Me reservé pequeños motivos para insinuar cambios en la ordenación o elementos fuera de la trama organizativa.
Intenté buscar la sencillez en cada elemento, pero sencillez no es simplicidad, sino una complejísima trama que aglutinase esa complejidad en una expresión final de pulida limpieza de líneas y volúmenes. De ese modo, puede uno pasar por delante del edificio y sus líneas llaman al sosiego, a la paz, pero si uno empieza a considerar el tramado de los elementos entre sí, la mente se activa…empiezas a analizar las referencias mutuas…la complejidad del diseño…el segundo nivel de transmisión, la verdadera transmisión de la información…de arte entendido como expresión personalísima del autor. Yo entiendo la Estética (expresión denostada en nuestra educación en la Escuela en una época de brutal desmitificación en aras del colectivismo) como una resonancia de mentes entre el creador y el observador….claramente, entre cerebros individuales ya que no existe nada parecido a un cerebro colectivo.
Nunca me ha importado para nada la fama, ser famoso hoy día es en cierto sentido estar devaluado como persona. Yo no pienso en los demás cuando hago mi trabajo y sólo intento que el objeto arquitectónico sea el mejor que mi mente pueda realizar por la Arquitectura en sí misma. Y por eso afirmo que ni todos los músculos del mundo unidos (sin una mente detrás) serían capaces de darle forma a una piedra para ser utilizada en construcción. Sin embargo, es común la idea de que los edificios surgen solos, que están ahí como resultado de las necesidades colectivas transformadas, no se sabe muy bien por qué, en fuente de derechos. Pues bien, aunque prefiero pasar desapercibido para trabajar mejor, dejando impoluta mi propia libertad, quiero dejar claro que cada piedra, cada esquina y cada elemento de ese edificio está ahí porque yo quise que lo estuviera….es apenas esto lo que me importa…por lo demás…déjenme seguir siendo libre…desapercibido.


No hay comentarios: