A la hora de proceder a la restauración de un edificio
histórico y desde mi punto de vista hay que indicar una serie de bases de
partida, que a modo de principios generales dominen sobre toda la actuación.
Intervenir en un edificio histórico puede hacerse de muchos
modos, puede uno entrar en él y utilizarlo como mera excusa para plantear otra
Arquitectura o puede uno intentar dos vias de actuación: una de ellas es la de
analizar el desarrollo del edificio, cortar lo insano o mal ejecutado y
reforzar lo realmente importante con un sentido de mejorar lo existente sin
perder su primordial importancia sobre lo que se realice de nuevo; o bien,
puede uno intervenir como un médico de cabecera y reponer sencillamente lo
existente . En definitiva, se trata de intervenir en un edificio o como arquitecto
o como médico.
Sin lugar a dudas, lo que anima la intención o emoción
estética de quienes ni siquiera se plantean estas cuestiones, es la de mantener
a ultranza lo existente. Reparar a secas, y si es necesario reponer como uno
presume que fue, por anastilosis, se transforma en el método preferido de
quienes ni siquiera se plantean la existencia de una Arquitectura con
mayúsculas, son personas para las que la Arquitectura es algo
del pasado y lo que hoy se hace, es… no sabemos qué. Personalmente eso es algo
que me repugna. Hoy día un objeto no tiene valor en sí sino en función de su
mayor o menor antigüedad, aunque sea mortalmente horrible.
Sin embargo, es posible intervenir en un edificio, estudiar
su configuración a lo largo del tiempo, ver dónde y en que momento se
cometieron errores y aprovechar nuestra formación arquitectónica para darle una
salida razonada y estética que produzca un arte-facto que como mínimo no esté
devaluado frente a lo existente en un principio, sino mas bien, al contrario, marque
un hito histórico en el desarrollo del edificio, como un punto de inflexión a
partir del cual la edificación recupera su dignidad e incluso mejora su interés
desde un punto de vista Arquitectónico. Soy ferviente seguidor de esta segunda
alternativa.
Por todo ello, el método o principio generador de la
intervención en un edificio histórico es la de utilizar el análisis del
edificio y su estudio para comprender los errores cometidos en el pasado, para
subsanarlos, para preguntarle al edificio lo que él quiere ser, escucharle y
responderle con dignidad y honestamente. Como principio de intervención es éste
el utilizado en el Hotel de 5 estrellas Palacio de Arenales de Cáceres.
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